90 segundos.
En situaciones de caos o discusiones intensas, nuestras emociones pueden desbordarse rápidamente. Sin embargo, la neurocientífica Jill Bolte Taylor, autora de "My Stroke of Insight", revela que las emociones intensas tienen una duración limitada en nuestro cuerpo. Según Taylor, una emoción dura aproximadamente 90 segundos, tiempo durante el cual los químicos asociados a esa emoción se eliminan de nuestro sistema.
¿Cómo aplicar la Regla de los 90 Segundos?
Reconoce la emoción: Identifica lo que sientes sin juzgarte.
Permítete sentir: Deja que la emoción siga su curso natural sin intentar suprimirla.
Respira conscientemente: Realiza respiraciones profundas y lentas para facilitar la liberación de la emoción.
Observa sin engancharte: Sé testigo de la emoción sin aferrarte a pensamientos que la reaviven.
Al practicar esta técnica, evitamos quedarnos atrapados en un ciclo emocional negativo. Si después de 90 segundos la emoción persiste, es probable que estemos alimentando ese estado con pensamientos recurrentes. En ese caso, es útil redirigir nuestra atención hacia algo neutral o positivo.
Beneficios de la Regla de los 90 Segundos
Reducción del estrés: Al gestionar nuestras emociones de manera efectiva, disminuimos la tensión y el estrés acumulado.
Mejora en la toma de decisiones: Al calmar nuestras emociones, podemos pensar con mayor claridad y tomar decisiones más racionales.
Fortalecimiento de relaciones: Al manejar nuestras emociones, evitamos reacciones impulsivas que puedan dañar nuestras relaciones interpersonales.
Implementar la Regla de los 90 Segundos nos permite recuperar el control en momentos de caos, promoviendo una mayor estabilidad emocional y bienestar general.
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